Se lee el texto y cuando se acaba se debe escribir ,primero, individualmente; después, en equipos de cuatro o cinco miembros; y finalmente, todo el grupo clase, los nombres de los animales que recuerdas. De esta manera se vivencian las ventajas del trabajo en equipo. Ya que a los nombres que recuerdas se ven ampliados con creces con el gran grupo.
La Tierra Azul
Mi hermana era la
reina de las termitas. Por supuesto, no era una termita de verdad, pero
siempre que jugábamos cuando íbamos a la montaña me lo decía. A mi sólo
me quedaba la posibilidad de ser el rey de los saltamontes, que ya me
daba cuenta de que mandaba menos que las termitas. Hubiera podido ser el
rey de las arañas, pero nunca me han gustado las arañas, ni los
escarabajos, ni las moscas, ni los mosquitos, ni las abejas, porque
molestan y pican, ni las mariposas, aunque tengan las alas tan bonitas…
Así que me conformaba con saltar arriba y abajo entre las plantas y los
árboles, como los saltamontes, mientras que mi hermana, la reina de las
termitas, construía un palacio bajo la tierra.
De todos modos,
puestos a escoger (ahora que mi hermana no me ve), también me hubiera
gustado ser un caballo y correr por las montañas altas de los Pirineos,
como aquellos que vimos una vez cuando viajamos a Andorra. También me
hubiera gustado ser un león, un tigre, una pantera, un lobo…, o una
jirafa o una zebra, e incluso un elefante, un hipopótamo o un
rinoceronte…
¿Y si fuera una
tortuga?, como la tortuguita, que teníamos en casa cuando yo era más
pequeño, y se nos escapó. Dicen que las tortugas viven muchos años,
muchos más que las personas. Ser una lagartija tampoco estaría mal, todo
el día tumbadas tomando el sol. ¿Y qué me decís de los camaleones?, que
se disfrazan tan bien, o de una serpiente, siempre rodeada de misterio.
Puestos a imaginar,
también podría volar por el cielo y sería uno de estos pájaros que
vuelan de punta a punta de la tierra, y así conocería muchos lugares del
mundo y haría muchos amigos y amigas, como las golondrinas y las
cigüeñas. Pero pensad también en un águila, tan bella como una reina, o
en un halcón, que es un buen cazador. En mi casa, cuando yo era más
pequeño, teníamos un canario que cantaba muy bien, y hay pájaros como el
ruiseñor que tienen un canto muy bello. Incluso hay pájaros que hablan,
como los loros, y hay pájaros que solo salen de noche, como el búho, e
incluso pájaros que no vuelan, como los pingüinos, el avestruz o las
gallinas. En cambio, hay animales que vuelan y no son pájaros, como el
murciélago.
Pero para correr por
el mundo lo mejor es ser un pez. He visto una bola del mundo que tenemos
en mi casa y el mar envuelve toda la tierra. Si fuera un pez, podría
nadar y nadar y nunca acbaría de recorrer todos los mares. Podría ser un
pez de colores, como los de la pecera. En cambio, no me gustan los
peces como los que me da mi madre para comer, como la sardina, la
merluza, el rape, ni tampoco quisiera ser un calamar, ni una sepia, ni
una gamba, pero sí un tiburón o un pez espada, e incluso un pulpo
gigante con muchos brazos…
Dicen que los
delfines, las focas y los leones marinos no son peces. ¡Ah!, me
encantaría ser un delfín, y saltar arriba y abajo entre las olas más
altas, como aquellos que vi en un documental de la tele. Ser una ballena
tampoco estaría mal, pero tienen una cara aburrida, aunque estoy seguro
de que se lo pasan muy bien, y que somos nosotros que no sabemos qué
cara tiene una ballena contenta…
Pues mira, ¡escojo el
mar para ser el rey de alguna cosa! De momento, me basta ir a la playa y
soñar que viajo por aquella línea que hay entre el mar y el cielo, el
horizonte, de color azul. Seguro que en esta línea puedes ser una
ballena y volar por el cielo y ver el mar como el de la bola del mundo
que tengo en mi casa: enorme, azul y sin fin.
(Adaptación de un cuento de Tomás Molina: Contes de l’Univers)
El vídeo que refleja mejor el contagio, la motivación, la importancia del trabajo en equipo, de la búsqueda de un objetivo común... es este:
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